Esta es la historia de Francisco Núñez, rezador y flautista de la danza de los Chareos en la comunidad Nanguè de San Pedro Amuzgo, Oaxaca. Francisco adquirió su cargo por el nkwí nayà tónko, que significa en lengua amuzga “persona que amanece o aparece en la tierra con un don adquirido”. Ahora que ha envejecido, teme que al morir nadie siga sus pasos como flautista.